Coraje en la Acción
¿Te preguntaste alguna vez qué hace que las personas actuemos con coraje en distintas situaciones?
El coraje es una palabra que usamos para referirnos a una acción que requiere valentía y, por tanto, implica disposición a avanzar con determinación, aunque aparezca el miedo y vislumbremos riesgos que pueden afectar nuestra integridad física, mental, emocional o espiritual.
Inclusive a veces creemos que el coraje es algo que solo unas personas tienen, o que se demuestra solamente mediante actos de heroísmo que nos parecen lejanos de nuestras posibilidades; no obstante, todas las personas tenemos reservas de coraje disponibles, el asunto es cómo utilizamos esas reservas en nuestra vida cotidiana.
Manifiesta coraje quien se atreve a salir de su zona de confort, quien se levanta todas las mañanas –llueva, truene o relampaguee – para sacar adelante a su familia, quien sueña con un mundo mejor para todos y actúa en consecuencia, haciéndose cargo de lo que le corresponde, con pequeñas o grandes acciones.
No importa cuán grande o trascendente pueda ser un paso dado, no se puede decir que ese paso implique coraje si de alguna manera no tenemos miedo de darlo.
Es la acción frente al miedo lo que demuestra coraje. Hemos llegado a esta nueva apreciación del coraje humano porque hemos aprendido algo que puede ser muy difícil de creer para las personas exitosas y capaces: más de lo que nos atrevemos a afirmar y aceptar públicamente, la mayoría de las personas lidia constantemente con el miedo.
Por eso la forma como lidiamos con el miedo está íntimamente ligada a la forma como manejamos nuestras reservas de coraje, seamos conscientes de ello o no.
Y quizás podrás pensar en este momento:
¿Yo no siento miedo ahora, quiere decir que no manifiesto coraje?; no tan rápido… el coraje es un fenómeno con múltiples dimensiones, por ejemplo: coraje físico, que lo demuestran cotidianamente las personas que realizan actividades de riesgo físico como bomberos, personal que trabaja en minas o en altura, buzos, rescatistas, personal de primera línea en salud, defensa, etc.
También hay coraje moral, cuando nos enfrentamos ante situaciones que consideramos injustas, poco éticas, ilegales y defendemos nuestros principios.
Además, está el Coraje social, que es el coraje que demostramos en las interacciones cotidianas en los grupos a los que pertenecemos, en nuestro caso, hablaremos del coraje social en el trabajo.
Y es que cuando miramos nuestras formas de actuar en el mundo del trabajo vemos que las demandas cotidianas requieren de mucha de nuestra energía y coraje: el coraje de ser vulnerables, de arriesgarnos al rechazo de nuestros jefes y compañeros o de lidiar con la incertidumbre y las personas podemos hacer ese esfuerzo solo un número limitado de veces antes de darnos por vencidas, pues nos gastamos nuestras reservas de coraje en sobrevivir un día más en unos entornos laborales donde el miedo es el rey.
Así que nos hemos preguntado:
· ¿Cómo resolver este desafío?
· ¿Cómo aprender a utilizar mejor nuestras reservas de coraje?
Y tenemos una pista: necesitamos aprender a usar la energía del miedo para impulsarnos hacia delante y actuar con valentía frente a cualquier situación que se nos presente.
Así logramos:
- Fortalecer nuestra capacidad de atención, confianza y valentía en la acción.
- Romper los silos organizacionales para resolver los desafíos y problemas cotidianos, incrementando así la capacidad de adaptación, innovación y desarrollo en la organización.
- Disminuir las relaciones tóxicas en el ambiente laboral.
Consiguiendo adaptarnos a las situaciones adversas, novedosas, cambiantes o inesperadas con resultados positivos, mejorando nuestros relacionamientos y calidad de vida.
Y lo bonito de las manifestaciones del coraje social en el lugar de trabajo es que podemos distinguirlo mediante estos elementos:
Es un comportamiento intencional, deliberado y altruista que una persona realiza aún con el riesgo de dañar su estima ante los ojos de los demás.[1]
O sea, que el coraje requiere intención, voluntad y acción decidida. Necesitamos disposición para tomar decisiones y realizar acciones que van más allá del propio beneficio, que implican asumir el riesgo de que nuestro status se vea afectado ante los ojos de los demás.
Y lo más interesante es que cuando aprendemos a utilizar la energía del miedo para impulsarnos hacia delante en lugar de congelarnos, pelear, huir o escondernos, logramos utilizar mejor nuestras reservas de coraje y no solo nosotros vivimos con mayor plenitud, sino que contribuimos a que quienes conviven con nosotros también lo hagan.
O dicho de otra forma, “el coraje es contagioso” y “cuando actuamos con coraje, inspiramos a otros a actuar con coraje también”.
Y para quienes – como yo – adoran entender de dónde vienen las palabras, no sobra decir que coraje comparte raíz con corazón, por lo que etimológicamente, coraje significa: Vivir con el corazón como lazarillo. Vivir con todo el corazón (comprometido, implicado, en riesgo, expuesto, vulnerable).
Hermoso, ¿no crees?
Así que te invito a vivir con coraje y a gestionar mejor tus reservas de coraje aprendiendo a manejar la energía y resistencia del miedo para impulsarte hacia delante.
¿Cuáles acciones cotidianas consideras que requieren que uses tus reservas de coraje?
Estaré encantada de leer tus comentarios.
Un abrazo
Gloria Lucía Cano R.
Ingeniera de Sistemas y Especialista en Mercadeo de la Universidad EAFIT (Medellín, Colombia). Magíster en Desarrollo (Cum Laude) - Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín, Colombia). Con certificación en Biología cultural por la Escuela Matríztica (Santiago, Chile) y le FIEP (Curitiba, Brasil)Con estudios y práctica en procesos con el enfoque de la Teoría U. del Presencing Institute (U.Lab1x, Lab 2x, Just Money GAIA. Coach de Respiración, Experta en Transformación Humana 4.0, Diseñadora Ágil de Soluciones, Practitioner MATCH y Máster MACH certificada de PWG.
[1] The Creation of the Workplace Social Courage Scale (WSCS): An Investigation of Internal Consistency, Psychometric Properties, Validity, and Utility. Matt C. Howard - James L. Farr - Alicia A. Grandey - Melissa B. Gutworth .
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